Tu
imagen olvidada
Horas
teñidas de salitre traen espuma de deseo,
en
una tarde de julio,
humedecen
la esquina de tu cuerpo.
Baten
como una ventisca agridulce
tu
imagen e hiende el amargo tedio
que
me queda al final del atardecer velado
de
esta espera de gris velo.
Horas
de duermevela han fabricado
en
el filo agreste de mi vida
tu
imagen inequívoca del espejo arrinconado
de
mi memoria,
y
allí, escondida del olvido,
la
recuerdo en este estío que carcome con lentitud ácida
las
etapas nocturnas de balcones cerrados,
de
faroles taciturnos,
de
calles desiertas de ambiciones
de
ventanas apagadas
y
de pasos mudos.
Luces
sin existencia
que
no tienen necesidad de alumbrar cuerpos.
Luces
que me recuerdan
como
un fogonazo inmenso
tu
imagen olvidada en un recodo de mi cerebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario