miércoles, 25 de junio de 2014



Desde la barra del bar


Desde la barra del bar
he presenciado catástrofes, despojos del mundo,
mundo de materia sobrevalorada,
espíritus quebrados,
olas que traen trozos humanos,
ojos expectantes de rostros negros.


Entre trago y trago de cerveza agria
he contenido la sed en mi garganta
y el hambre en barrigas repletas de desesperación,
hasta de necedad,
de hartazgo de nada.


Desde el este lado del mundo opulento
donde la piedra fría es un simple obstáculo en el camino,
he escuchado el grito en la boca de la mina,
en el acantilado del alba desierta,
en la selva desarraigada de naturaleza,
en la puerta del comercio de seres,
de fábricas de neón,
de calles con griterío vociferante,
de avenidas…


Desposeídos del tiempo
viajan por la tierra empedrada de huesos
y arenas de playas ignotas.
Dormirán el sueño… el sueño que nunca recordaran.
Todo ha sido, también serán
titulares de un diario cualquiera,
de un cualquier día, de una cualquiera semana…


Y al final solo quedará la noticia 

en un titular de prensa.

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