La mirada de un
niño
Te diría que los
olivos
limpiaron sus
brazos
y su tez,
pero tengo la
certeza
del que no quiere
ver.
Te diría que las
piedras
rajaron sus
plantas,
pero tengo la
incertidumbre
del que no tiene
memoria.
Te diría que el río
se hundió en la
tierra
contra su voluntad,
pero te mentiría
si estuviese
convencido de mi afirmación,
por eso te diría,
que ni las piedras,
que agrietan el alma,
ni el mismo río
donde habitan los
dioses artificiales
tiene la conciencia
de mis palabras,
ni la mirada de ese
niño de la carretera
que un día me miró
con la esperanza de
que le comprendiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario