miércoles, 25 de junio de 2014



Juventud libanesa


El tiempo se dibujó
en cada pupila
como la profundidad ahogada
donde durmió la memoria
irritada del tiempo.

Sé que me conoces,
me has señalado
con la negrura de tus ojos,
con las yemas de tus dedos,
con la mirada perdida
y con el aire frío de tus imaginarios besos.

Al otro lado de la calle, estática,
con la mano extendida
y la expresión de un gran caballo negro
me has golpeado
con el relincho de tus gritos secos.   

Todo fue azabache,
cetrino, bello.
Con tus manos abiertas
me pediste el pan nuestro
y que la tarde no se fuera,
tampoco, el silencio.

Has perdido el dibujo
de ese universo
oscuro, dolorido
y despiadadamente adverso.   
Joven libanesa
¿Dónde está tierra 
de tus ancestros?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario