El libanés errante
¿Por qué hay
silencios que gritan
con solo
escucharles?
Te observo con la
lengua muda
y las pupilas
abiertas de par en par
y comprendo la
profundidad de tus quejas.
¿Por qué caminas sin
rumbo
por los senderos
del mundo, tu mundo,
y no te mueves del
horizonte
que has grabado
entre ti y tu prójimo?
Abajo en la tierra
quebrada por el río
y los caminos
pedregosos,
trasiegos de idas y
venidas.
Abajo en la
hendidura de la piel
del libanés errante
se cruzan las
palabras,
los olvidos y las
espaldas
teñidas de siglos.
Abajo, en el recodo
angosto
de la tierra
vestida de racimos de muerte
contemplo los
astros encendidos
de la niñez
destruida.
Abajo, en ese sur
cadente
de mudas melodías,
de suras porfiadas
que horadan las
sienes de jácaras,
busco el rumbo del
libanés errante,
y al soñador de
palabras.
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